vacia quietud

Me encuentro sentado en la misma habitación azul que visitabas recurrentemente, me visto de recuerdos, me cubro el alma con tus letras, por si acaso algún día decidieras darte una vuelta a lo viejo, a lo que dejamos inconcluso, a ese por siempre y para siempre que nunca llego.
Te invito a ti, a mi musa de antaño, a la dueña de mis mascotas muertas, el devenir de lo incierto...acompáñame al destierro de lo real, lo palpable, vivamos en nuestra apolillada casa de madera que no nos ve las caras hace ya un buen tiempo.
Necesito un descanso de mí, creo que tú serias un excelente mar de ideas, solo te necesito por un momento, déjame chuparte la existencia, necesito a mi musa de un solo brazo, a la que los dientes le abandonaron hace mucho, esa que se creía niña de juguete, la que me mordía los pies, y se rebosaba en mis dedos, la que no tenia nombre, la que soñó con ser mía…y lo fue.
Vuelve, vuelve, vuelve o abandona mis sueños…que no hago otra cosa que soñar tus medias rotas y tu vino barato. Dame la oportunidad de enmendar mis errores y de maquillar los tuyos, déjame tomarte del cuello y tú tómame del ombligo, veamos la repetición de nuestro propio drama, tal vez ahora no asista nadie y podamos besarnos entre las butacas vacías.

Visitemos de nuevo ese lugar de comida oriental, hoy si te dejare comer solo la mitad, dejare si quieres que me pises la espalda, estoy dispuesto a escucharte hablar del pasado, aunque no parece tan cierto como lo pintas. Tomemos sake pues, tibio, frio, caliente o como lo quieras acompañar. Solo recuerda tu medida.

Regresa a mí, musa de los ojos tornasol, mujer de muchos hombres si…pero musa solo de uno, musa de este escritorzuelo que escribía en tu cuerpo historias de animales con dos cabezas, musa de papel, recuerdo errante, penétrame el alma, hazme sentir, se mi ser, aunque me mientas como siempre, como todo.

Nunca dejaras de ser mi puente inconcluso, el dedo que se me rompió el año pasado, el desayuno perfecto, la que nunca fue por siempre, la que siempre está aquí, la que conocí de noche, la que me despertó, el aliento de la mañana, la de la sonrisa que me derrite los huesos, la que nunca me leyó, si…creo que por eso te quiero tanto, porque nunca leíste mis escrituchos, estos que nadie lee por convicción. La compasión es mi amiga.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...