CULP(ABLE)


Los años y los párrafos, se forran con movimientos cadenciosos que nos hacen olvidarnos de las canas y los dolores de rodilla, pervierten nuestra mente con deseos obsesos de una soledad expedita cuando en realidad la compañía es lo que nos mantiene recostados con un dejo de confianza en el rostro y las flores marchitas sobre la mesa.
Ya nada como antes, pues no hay que pensarlo dos veces. La matiné de sueños llega demasiado tarde mientras el sobrecupo de las 5 cataliza nuestra falta de propósito o por lo menos la pretensión de alguno.
He despedido a la noche con propiedad, le he estrechado la mano, sabe que pierde ante mí y mis ojeras, la batalla está decidida aunque la guerra sea contra el local. Hoy la casa pierde.
Nadie se dobla, todos caminan erguidos y viéndote directamente a los ojos aunque desangrándose por dentro, nadie se arrodilla…todo va de ser único siendo como todo y cada uno de nosotros con la contrariedad de que somos  un cumulo de seres desiguales en los que la geometría no se complace, con ojos nerviosos y dientes chuecos, las narices prominentes de los gladiadores y la piel irritada de los transeúntes olvidados.
De albergar a la duda, culpable.
Solo un corte pequeño bastó
Quema por dentro
Pero no tan lento
Sin cerrar los ojos
La anestesia se ha perdido en el cajón
El preludio musical advierte
La tercera llamada
Deceso imprevisto
 Desenlace oportuno
Aun así inconcluso
Culpable.




¡No me mires!
 Que muerdo y tengo rabia.

100 palabras

El señor de bigote y bombín
Muestra la salida
La lista de espera
Abarrotada
No le encontramos la maña
Principiantes de un arte olvidada
Mis musas se han escondido
Tendré que crear una
De entre los ripios
Alma de mujer
Pero corazón de piedra
Andamos a tientas
Sonreímos de nervios
La garganta se constipa
No encontramos palabras
Solo el pensamiento errático
La mirada percudida
Entre esbozos de cordura
El plectro no llega
Virtud inverosímil
Esperábamos hallar
Encontramos
La eternidad es un chiste gastado
Quiero ser finito
Por lo menos en mis versos
Conocer el punto final
Estratagema marchito
Perdedor predilecto.

enfermedad y cura


Aturdido entre la nada se encuentra el pensador disoluto que se iba encariñando con el silencio a medias. El ruido del transeúnte no cuenta, decía mientras se miraba los zapatos rotos. Era sin lugar a dudas la ultima tarde en la que él podría escribir acerca del silencio a medias. Entendía perfectamente que al terminar el día estaría gastándose su última bocanada de aire tibio. Hoy el silencio absoluto me llega, pensaba aquel hombre mientras escribía en la envoltura de papel que encontró entre sus bolsillos.
El ruido del transeúnte no cuenta
Hoy el silencio absoluto me llega
No habrá gardenias para mí
Ni un funeral alegre
Solo miradas perdidas
Pensaran que duermo
Indispuesto a la vida
Esperando lo que ya pasó
Con mis uñas rotas
Y las ideas perdidas
Entre el deseo y el olvido
Entre la locura y la verdad
La verdad es que no me encuentro muy seguido
Siempre soy alguien más
Como esperando a que suceda
El algo
La nada
Todo se retrasa a la cita
Cojean del mismo pie
Poemas de métrica absurda
Me escurro entre la alcantarilla
Fango
almizcle
Lodo
Chapopote
Negro ser
Solo no me mires
Sigue tu camino
Ya me enterraran mis escritos
Algún personaje
Las historias absurdas son mi segundo nombre
El escritorzuelo…mucho gusto.



Pensaran que duermo…escribía mientras la mirada se le iba perdiendo, los labios ya no le respondían. Hoy terminó su historia, sin gloria, no hay monumentos para el escritor caído, nadie dice unas palabras, muchos pensaban que solo era un vagabundo, solo uno-el mismo- supo que en realidad nunca tuvo nombre.
Nunca nadie se entero que solo pedía una limosna de inspiración, buscaba una musa entre las hojas secas y las botellas reciclables.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...