Sol


Pasajes.


Y luego nos vamos encontrando en pagodas subterráneas. Ancestros que dejaron sus nombres tallados en robles cansados, vencidos por el viento. Nuestros dedos se estremecen, buscan su camino entre ladrillos cubiertos de musgo. No hay protocolo para caminar en la oscuridad. Nuestros sentidos nos arrebatan la cordura y vamos nadando en la galaxia de sombras que nos rodean los pies.
No concedemos ni un centímetro al azar y sin embargo, somos gobernados por el caótico bosque de nuestro ser. Plantados con las raíces al techo y la espalda triangular. Escuchamos voces en los ecos y zumbidos de lámparas que no emiten luz alguna. Nos encontramos pero no conocemos el camino. Somos el pasaje de alguien más.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...