A dream from Zentropia

The sleepless night
Restrained by the clouds
Amorphous cities made by clay
Trains passing by the rusty rails
The unbearable truth of a dead end
The collision of two minds
An explosion of indescribable proportion

A passenger seeking for redemption
Traveling light as air
With his socks full of holes and an expired passport
A man without nation
Deprived of singularity
Driven by an unapproved majority
Hiding from the tickets collector.

A child sucking from his mother´s chest
Fragile bones and cold sharp as a butcher´s knife
Someone it’s breathing heavily at the end of the corridor
The hope slips through his fingers
No one cares
Everybody look the other way
He is transparent.

I walk to him and ask him while i touch his shoulder
“Can I do something?”
“You can jump”- he said
 “And disappear before the unbearable truth finds you
and crush your bones
You choose when and how”
The man mumbled but I cannot recall what he say.

The darkness come to an end
Reflections and flares overflow the room
Unlike other nights
 we embrace the silence
the Mist come out of our mouth
We were outcast and now survivors
Nameless bodies, countless scars.

Tres intentos de Haiku 1.01



#1
La noche mira
Tras el sosiego del sol
Las sombras breves

#2

Anhelo ciego
 Perpetuo tormento
 Rocío preso

#3
Musa etérea
 Mujer indefinible
 Constelación

Las minucias de la mañana




Contar hasta 20.

Perder la concentración
 en el número 4.

Divagar sobre lo último
 que recuerdo de mis sueños nocturnos.

Tu nombre.

El frio en mis pies.

Algún transeúnte con paso apresurado
 pisando los charcos de la acera frente a mi ventana.

El tic tic toc del reloj que siempre llega tarde a la hora.

La pequeña araña que se aferra al techo
 esperando a que salga el sol y se cuele por el resquicio
 que deja pasar un sol indeciso.

Tu rostro en mi memoria.

Perseguir el olvido.

Cubrir mis ojos con mi antebrazo y bostezar.

Apretar la quijada.

Gruñir.

Mirar al vacío.

Sentarme al borde de la cama y observarme
 la punta de los dedos de los pies buscando
 algún detalle al cual aferrarme.

Acostarme de nuevo.

Hundirme bajo la cobija mientras intento
respirar cada vez más lento.

Destaparme.

Saltar de la cama y correr hacia la regadera.

Abrir la llave de agua fría.

Temblar.

Cerrar los ojos para luego abrirlos al choque
 del chorro sobre mi espalda.

Bloquear la memoria de tus calcetines desiguales
y salir de la regadera para secarme y vestirme lo más rápido posible.

Coger lo que siempre llevo en los bolsillos.

Salir y caminar.

Esperar a la noche.

Tu nombre.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...