el "artista".

Te encuentras con tus dudas y ellas te devoran la conciencia, allanan las matrices de la suela de tu zapato que rechina por la goma que escurre de los arboles lastimados en el sendero junto a la rivera que permanece quieta ante los murmullos de los transeúntes angustiados llenos de peripecias en los hombros y las espaldas empapadas en sudor.
No sabes mas que ahondar ideas grises en tu pensamiento cíclico. Buscas vertientes de un panorama llano y espeso que no te pertenece. Encuentras conciencia de artificios escondidos en la punta de un lápiz y bebes ansioso las gotas que caen del fondo de una botella de cristal con una etiqueta que no comprende tus ojos. Moldeas con resina los pechos de una musa calva de cuencas profundas que espera sus ojos de amatista.
Te detienes un momento, golpeas el teclado con los ojos cerrados. Pequeños golpes con las puntas de tus dedos delgados y larguiruchos descubriendo y recordando formas en las frases que se esconden en tu retorcida imaginación. Las palabras parecen nacer del génesis de tus codos recargados en esta mesa de roble.
Te inclinas para verme sin mirarme, como esperando una despedida temprana. Me ojeas esperando a que el contenido sea mas entretenido que la portada. Intentado encontrar el capitulo que contiene el climax y arrancarlo para limpiarte la tinta derramada sobre tu escritorio.
No encontramos razón ni sentido para una historia que, sin pretenderlo, se embarco en una empresa a perder. Somos ya, aunque no lo llamemos por su nombre, la consecuencia de un éxodo que se dirigía a su punto de origen. Un pivote irracional en el cual hemos echado raíces, contenido en un vaso de ron con hielos.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...