lonelily 69


Fragmento de algo más.
"Y resulta que, después de preguntar entre los que ahí se encontraban presentes, hubo un señor que si conocía al que estaba en el cajón de madera. Según él venía a presentar sus respetos aunque acá entre nos me pidió entrevistarse con los que le sobrevivieron al difunto. Tenía unas letras firmadas por aquel hombre que estaba embutido en un traje negro y con rubor artificial en las mejillas."

El pasillo con las fotografías de los parientes lejanos.


No hay conversaciones, ni momentos, ni deseos, ni angustias, ni whiskey, ni mezcal, ni hermano, ni gato, ni promesa, ni noria, ni maña, ni olvido, ni recuerdo, ni palabra mía que te cobije y te de algo de calor por las noches. Porque no.

Lonelily 101


Fragmento de algo más.
"Te vuelves invisible entre tantos manteles policromáticos y destellos de luz sobre el café de la mañana. Fundido sin saberlo en el paisaje dentro de la fotografía de algún turista curioso. Te empecinas por ser transparente. Te escondes en tu chaqueta de tweed de un gris que combina con el panorama urbano. La entropía de tus cabellos se mezcla con los murales callejeros. Hueles a castañas y pino artificial. No das por sentado nada y de manera obstinada buscas recordar lo que soñaste hace dos noches. Eres ante todo una individualidad que pertenece a una cadena de caracteres diferentes entre sí."

y+o

Yo también he estado ahí, dentro de tus momentos oscuros y tus cutículas con sangre.  En tus íntimos anhelos y tus murmullos traviesos .Y te deseo, te desabotono por la espalda, te muerdo tu hombro de barro, dibujo tu sonrisa, te espero. Como él. Aunque diferente. Yo me voy escondiendo en el ávido camino de los sueños.

Soñé que en el camino encontraba el silencio.


En el sueño.
Pienso en tus anhelos que se esconden en la oscuridad más espesa, en el bochorno de las tardes de marzo. Tus manos como hojas afiladas abriendo paso entre el mar adusto y los llanos húmedos. Tu andar delicado, terso como el aroma del deseo. Tus caricias como la vid rebosante.
En el camino.
Y la nada anegada en el corredor hacia la salida de emergencia. Escurriéndose a través de la comida congelada de la nevera. Y los sueños con diagonales y polimorfismos que nos dañan la percepción. Los sentimientos taimados y un harapo sobre tus hombros delegado a contener el temporal.
En el silencio.
Creemos y especulamos sobre paisajes urbanos y galeras ardiendo. Nuestro cuerpo se apoltrona bajo las ramas asimétricas de un eucalipto que ha secado los pozos más profundos de una tierra lacónica. Sembramos en círculos y segamos en línea recta. Comemos del fruto que nos revuelve las entrañas.

Dos minutos para las 2

Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...