Te sorprendí hurgando en el pasado, tratando de edificar las murallas caídas, vendiendo flores de papel a los viajantes sin destino, tomando café con miel mientras la sal del océano besa tus pies. Te sentaste sobre el baúl de madera tallada que contiene todas nuestras fotografías en blanco y negro, mientras me explicabas tu silencio con tu cara arrogante y tu vestido ondeándose con el viento.
Nos tendimos en el piso disfrutando de su olor a fresno y mirábamos el techo que pintamos color verde agua para que pudiéramos imaginar nuestra vista al mar justo antes de perdernos en nuestros sueños constantes en donde viajábamos descalzos sin brújula y con equipaje ligero.
Hoy te soñé, vestías esa bufanda que tanto me gusta, estabas sentada en un columpio justo al borde de un despeñadero lleno de neblina en donde no podíamos ver el fondo, tu repetías que sentías mariposas en el estomago y tus zapatillas rojas volaban entre la neblina.
Creo recordar tu sonrisa menos confusa.
Siempre me gusta lo que escribes. Te das a conocer como un tipo sensible, y de esos hay pocos. Así que espero que realmente lo seas.
ResponderEliminar:)
Soy transparente…es el único adjetivo que puedo aseverar de mi persona (lidad)
ResponderEliminarGracias por tus tan gentiles comentarios.
Sin más, ¡Que transparencia! :)
ResponderEliminarLo más bonito de tus escritos es que fácilmente se crea un ambiente, hace imaginar que lo que se lee es algo que se vivió.
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