Estoy hecho de oxido y piedras renales, escondo mi rostro tras un bulto de sabanas húmedas, el polvo me pica la garganta mientras intento sacudirme la sangre que escurre por mis dedos, los tobillos me crujen, trato de impulsarme hacia atrás, salir volando por la ventana esperando que la caída no sea fatal, me parece risible la manera en la que me llega el desenlace.
Deceso.
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