Silencios de la mañana

Pero entonces una idea te crece en la raíz del hipotálamo
Esparce sus esporas en la medula y te vuelve un humanoide
Un ser sin voluntad propia que busca embriagarse de pequeños momentos
Instantes de dudas profusas y alientos pesados
Eneldo y canela subiendo en forma de vapor de un caldo que hierve hace tres días ya
Remedio casero para una enfermedad terminal
Todo por un lunar
Una pequeña sonrisa
Un abrazo lleno de calidez
La duda irracional
El camino incierto
La plática ligera
Condenado al deseo de tu mirada
Me oprime el pecho
El crujir de mis costillas
Las piernas me fallan

Soy vulnerable.

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