Quiero como tú, esconder la humedad de mis mejillas bajo una pila de almohadas grises.
Olvidarme de los versos complejos y embotellar mi luto para beberlo de a poco.
Antes de tragarme mis propios dientes y lo poco que queda de mis nudillos.
He dejado de leerte por si te preguntas en donde quedaron las flores de papel.
No ahogare ningún gemido de dolor.
Estoy herido y no hay revancha para este mal.
Me ahogo.
Duerme.
Noche
Quiero
No hay mañana.
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