Una vez tuve este sueño en el que te sentabas por horas viéndome dormir e imaginabas lo que podría estar soñando. Te quedabas debajo de aquella luz tenue siendo mi guardia personal como si pudieras evitar que cualquier sonido entrase a través de la rendija de la cerradura y me perturbara. Debajo de aquel suéter gris que te regale solo vestías tu desnudez de piernas cruzadas.
Mientras acariciabas mi cabello alborotado pensabas que en mi sueño me veía a través de un espejo opaco, buscando entre los bolsillos de mi ropa algún papel en el cual pudiera escribirte un poema de dos líneas como el que te regale el día en que nos conocimos.
“Tu espalda de amatista con el purpura que dibuja constelaciones bajo el encaje de tu deseo profuso. Luz.”
Imaginabas si yo amaba a alguien del pasado o si podría idealizar en mis profundos sueños a alguien que no fueras tú debajo de mis letras.
Supongo que por eso le tengo miedo a la noche y sin embargo no puedo dormir sin tener estos sueños ambivalentes. Como deseando ir más profundo mientras me siento atrapado en una cavidad que no tiene puerta trasera solo oscuridad natural sin pasillos con reflejos amarillos o balcones con toldos a rayas.
Sosiego Vacante.
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