nosepuede

Mis manos esperaban a que tus ojos me dieran permiso de escribir tu nombre escondido entre los párrafos de una historia que hablaba detalladamente de cómo mis dedos soñaban con los dobleces de tu vestido con puntos negros.
Las vocales de tu nombre terminan escondiéndose en palabras difusas a través del instructivo para armar mi silla de tres patas que solo viene en japonés.
No hay manera de dibujar tu silueta, la rabia me nubla el pensamiento solo soy pedazos de papel mache pegados con miel artificial. Jarabe de remordimientos.
Te escondes de mí bajo el lienzo urbano, el sol no alcanza los flecos de tu blusa y tus pies le niegan el beso al suelo posándose sobre un cojín a cuadros que tejiste meticulosamente porque solo Dios sabe el motivo por el cual amas tanto los patrones de colores.
Tú nocturna y yo cabizbajo, cuajando dentro de una formula de pachuli y lumbreras en el cielo que nos mostraban el camino en espiral hacia el no retorno.
 Terminamos andando a tientas.

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