No es que quiera importunarte con mis melodiosas sonrisitas de nerviosismo o llenarte de entretiempo con mis parsimoniosas ideas sobre qué es lo incorrecto y todo lo demás. Vengo a robarte el aliento, lo arrebatare de tus labios hasta que mis pulmones tengan suficiente de ti. No me molestaran los reproches de tus pestañas ni el fru-fru de tu ropa buscando una salida de entre mis brazos. Te mantendré oculta del resplandor disperso entre los cabellos que caen sobre tus hombros. Desearas haber escapado antes, justo en el momento anterior al que decidiste tomarme por la sombra y beberte las tildes de mis “i”.
M( )edo.
S( )lenc( )o.
S( ).