Podría no comprometerme a nada, después de todo terminaremos viendo como todo termina en llamas, corriendo en silencio quemándonos desde los cimientos y no podremos culpar a nadie más que al viento de deseos inconclusos y al momento escurridizo en donde comenzamos a definir nuestras almas como algo volátil, algo que invariablemente se nos escapa de las manos.
Entonces me presento como algo más que puedes ver desde una noria de vueltas inconclusas a pesar de lo cíclico del asunto. Me encuentro bajo llave, cerrojo fiel de lo impuro, me come las uñas de los pies y me desparrama las ganas de soñarte.
Por supuesto hace mucho que no tienes rostro, la mirada se te perdió entre contar ovejas de noche e interminables tazas de café por la mañana. Y pensar que me sentía tan infinito de letras, ahora me siento tan corto de ideas y los pensamientos son más grises que de costumbre. Tan solo podríamos dialogar acerca de la inherente señal de que podríamos estar más solos de lo que pensamos.
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