i say twice i say thrice i say four times...

Es difícil descubrir lo que tienes cuando no puedes mantener nada en tus bolsillos y nadie te sostiene la mirada, vives siendo esquivado entre las pisadas multitudinarias de la oleada cotidiana que mezcla los humores de cientos de personas que salen a esconderse entre la muchedumbre. Te gusta verte como una lapida andante, sin epitafio, de colores, con una rosa en la parte de arriba, blanca y con espinas. El bullicio matutino te alcanza, aroma de café, pensamientos insipientes que se escurren entre las servilletas formando pequeñas manchas en nuestra memoria. Tratas de retener un solo escenario en el cual puedas no ser tu mismo pero la realidad te golpea al darte cuenta de que vas demasiado tarde al trabajo y dejaste de creer en el reloj, te sientas al final del autobús esperando que puedas escaparte de vuelta a casa antes de decirle a tu jefa que no has terminado las formas fiscales que están pendientes o das varias vueltas en el metro para no llegar a casa y escuchar en la contestadora que tu esposa sigue esperando que firmes los papeles del divorcio. Caminas y vas jugando a no ser tú, te imaginas como aquel hombre que lee una Compilación de Poemas de Leopoldo Marechal, te ves corriendo como aquella pelirroja que siempre canta mientras da vuelta por debajo de tu casa, te imaginas sentado en el café colombiano del centro, leyendo la columna de tu antiguo profesor de literatura universal, viendo el paisaje en un viaje de carretera.
Al final terminaras yendo a casa, escuchando lo que la contestadora tenga que gritarte. No habrá reina alguna en lo que leas ni correrás cantando, el viento no estará sobre tu rostro y no olerás de manera relajada un café molido. Las memorias amigables se han disipado, no hay vestal que te redima.
Solo tú y tu miseria.
El escritor de los poemas grises, se esconde debajo de los bultos de basura, acurrucándose junto a un perro rabioso que le mueve la cola, las hormigas le caminan en la lengua, el sol le quema la espalda, dos pies y solo nueve dedos.

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