Mis ojos presumen de libar
el néctar de tus labios de terciopelo. La premura de mis dedos al estrechar tus
cálidas mejillas llenas del polvo fino que te maquilla las ganas de soñar
despierta.
Prefiero.
Prefiero la vida por sobre tu mirada que mata. Y los deseos ahogados
entre mis labios mordidos más que a tu cáncer de amor. Y las noches urbanas en
vez de tus pasos inciertos.
Deseo la angustia antes que tu sonrisa en tribulación. Y los
miedos que se alimentan de horas sueño a racionar mis deducciones con tus lacónicas verdades.
Anhelo minutos de lasitud sin tus llamadas telefónicas bajo
las sabanas grises. Y las minas bajo mis pies quieren olvidarte. Contenerte con
fruición.
Quiero por sobre todo,
más que a ti, una mirada sempiterna. Cálida y tenue. Un novísimo momento de parsimonia.
172 sinsabores.
Me gustas
Cuando hueles a hierba
Mientras caminas
Con tu cabello azul.
Me gustas
Cuando eres real
Y pintas con los dedos
Y las hebras del pincel
Finas líneas
Trenzas grises
Cera roja
Sello postal.
Me gustas
Con tus fechas importantes
Y tus cuadernos de hojas blancas
Con tus citas de Huxley y de Benedetti.
Me gusta aun tu sombra y tu pericia
Tus cicatrices y tus silencios largos
Tu vestido floreado y tus fotos borrosas.
Me gustas y no te soporto
con tu rostro sin ojos y tu cuerpo sin hombros
con tu caminar en círculos y tus ojeras permanentes.
Me gustas, te sueño, no te soporto, te dibujo a la sombra de
tu espada en espiral, hago ruidos con mis dientes, te archivo, nado en tu
saliva, me tiño de tus silabas, el lado izquierdo de mi cerebro cuenta los
minutos de tu ausencia mientras que el lado derecho te dibuja en la escarcha
matutina, te temo, me amarga tu nombre y aun así rompo el ayuno con tus
piernas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Dos minutos para las 2
Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...
-
En el resquicio más intimo de mi sueño mas anhelado. En el destello de tu deseo impasible. A la sombra de un árbol de papel que se apoltron...
-
Y pisar en firme, aunque sea de rato, para olvidarnos del terremoto asintomático que es nuestro bipolar pensar.
-
El dedo índice de Helena salta entre los lunares azules del mantel. Trataba de sofocar el incendio tempestivo que provocaba el recuerdo de ...