Prefiero la vida por sobre tu mirada que mata. Y los deseos ahogados
entre mis labios mordidos más que a tu cáncer de amor. Y las noches urbanas en
vez de tus pasos inciertos.
Deseo la angustia antes que tu sonrisa en tribulación. Y los
miedos que se alimentan de horas sueño a racionar mis deducciones con tus lacónicas verdades.
Anhelo minutos de lasitud sin tus llamadas telefónicas bajo
las sabanas grises. Y las minas bajo mis pies quieren olvidarte. Contenerte con
fruición.
Quiero por sobre todo,
más que a ti, una mirada sempiterna. Cálida y tenue. Un novísimo momento de parsimonia.
SET! io siempre supe de tus dotes...abrazos
ResponderEliminarcinzia
Preferimos la vida que el trago amargo del recuerdo insulso de esos ojos que al final nos inspiran. Me gusta mucho esta entrada :D
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