Encontrarte en la mirada y devorarte en el pensamiento, con fruición.
Un acto tempestuoso en la carne. Mis augurios medrosos me hacen dar vuelta en
la cama creando un surco en el futón.
Me bebo tu néctar, vivo de libar de tus trémulas pasiones. Anhelo
el aroma de tu cabello rizado. El calor de tus manías. Me abandono en tus
versos. Musa de 6 caras y espalda de grafito. Tus manos tocan la melodía;
demoran mi angustia. Consuelo providencial.
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