Soñé con un acertijo con la espalda jorobada y tú eras mi musa, tal como hoy, pero con una mueca que no reconozco y los pies hinchados de tanto correr(de mi). Vestías de rojo y los ojos en tu espalda no me miraban, eras imperfecta, tenías los dedos chuecos y tu nombre era común. No me inspirabas el alba, tenías los dientes amarillos y llorabas por las noches.
Visitabas a tu madre y ella conjuraba en mi contra. Te detenías a mirarme desde lejos cuando te esperaba y me dibujabas la cabeza sin orejas. En mi sueño eras más amable que de costumbre.
Más real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario