lo que pasa es que...


Estoy aquí, hundido en un sillón azul, comiendo mandarinas, pensando en la manera de devorar tus pensamientos, deshilar tus suéter gris, decontruir tus caricias y de a poco entender la entropía de tus frases inconclusas. Navego en tus sombras, me guío con la punta de tu dedo indice, añoro tus gritos y gruñir matutino. Abanico el aire cálido lejos de tu rostro, tus pestañas humedecen, esperan el momento mas fresco de un sábado incipiente.

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