La musa no vino a trabajar 1.1



No hay significado escondido
No hay dobles interpretaciones
Solo el parco color de tus mejillas que hacen muecas discretas.
Mis excusas no son suficientes. Ridículas y dispersas en los diferentes tonos de violeta que nadan en el hematoma de mis nudillos.
El deseo constante nos condena al aroma dulce y el desenfreno de tu mirar vacilante que desafía al único  momento  de silencio que se cuelga del día.
Estruendo  que deconstruye nuestros huesos. Pulveriza el pensamiento y nos vuelve errantes. Nos seca las palabras. Vierte tu aceite en mis manos.
Te vuelcas sobre mis sueños. Por ratos apacible y por ratos huracán que despedaza el suelo debajo de mi ser curioso.
Tal vez es la lluvia o tal vez es que te escondes en lo más oscuro del desierto. Manantial en laberinto. Oasis salado.
Con cautela te voy escribiendo esperando a que me leas entre líneas y saborees cada error que provocas en mis dedos chuecos.

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