Fragmento de algo más 1.1.2.3
No puedo 1.1.
Anxiety 1.1.2
lo que pasa es que...
31 cosas que no me dejan dormir
y los dobleces de tu falda
y tu anillo verde
y las calles que caminas
y tus zapatillas rojas
y tu voz entrecortada
y el anhelo que te busca
y la noche que te encuentra
y tu silencio
y el té de manzana
y tú
y mis besos necios
y el olor a pasto
y lo ordinario
y tus versos
y mi pensamiento
y lo que dejo
y lo que me encuentra
y yo empecinado en ti
y tú
y tu silencio
y lo que escondo
y mi locura
y tú
y tú
y el desvelo
y las ansias locas
y el llanto
y el dolor que no me deja
y mis dientes chuecos
y mi soledad.
Epístola sin Destinatario.
Me pegunto como hace la gente en esta ciudad para encontrar un resquicio de sombra, un pedacito de silencio que les permita escuchar sus pensamientos.
Me quede aquí, sin tiempo, con el corazón dormido y en mi mente una sinfonía de pensamientos. Las hebras de tu cabellos me pintaron la mirada. No puedo volver, a antes, a cuando me movía.
Tu recuerdo me dejo los pies de plomo, hundido, el asfalto hasta los tobillos y una avenida de sensaciones. Los músculos de mi cuello esperan el regreso de tus dedos chuecos.
Regresa, comamos miel de los desiertos andinos y cortemos lilas del jarrón de la vecina. Hay que hornear aquel pastel de moras que nunca nos queda y repasemos las lineas de ese poema de Benedetti que tanto nos quitó el sueño. Sigo empecinado a que volvamos a ser un par de extraños, enamorarme una y otra vez de tus mas rojos defectos, portar en mi mente tu rostro anodino y memorizar la galaxia de tus lunares.
Deti.
violenta
de arrabal
con la camisa arrugada
y el vientre cálido
antología de pasiones
amnesia colectiva.
Te escribo
mientras me come la ansiedad
siento tu aliento
sobre mis mejillas
tu sabor
colándose entre mis molares
sin dudas.
Te voy queriendo
sobre cornisas
en rincones poligonales
con colores desvanecidos
En barcos
de madera hinchada
con destino a tu mirada.
Te encierro
cordel en tu muñeca
cárcel de mis pensamientos
empecinado
amante de tus humores
anclado en tu bahía
sediento.
De ti
de nosotros
de la manera que caminas
del ancho de tu sonrisa
y tu lunar secreto
y tu miel
y la lluvia
y yo, el naufrago
y tú, la sal.
Denial
De ti.
No te encuentro.
encontrar tus caminos
saltar en la nieve de los andes
cruzar tus praderas
comer castor
ir a tu parte mas austral
caminar tu mirada
decir fome hasta quedar afónico
explorar tu sonrisa
amar en la patagonia.
Tormento
El bochorno de la noche nos alcanza y moja el silencio de las calles. Las multitudes se aglutinan en los establecimientos en donde corre un aire fresco con un aroma frutal que se adhiere a nuestra mejillas. Nos movemos a través de pasillos, entre estantes con libros de segunda, bajo pasillos con piso de Cristal.
Buscamos Encontrar un recuerdo encapsulado en una lata de café del siglo pasado. Las añoranzas por lo viejo se aglutinan entre suspiros y miradas fortuitas al vecino lector. Es la llamada verdad anticipada en donde miramos cómo cada segundo se va haciendo viejo y los amores que en años pasados nos empecinamos por olvidar ya nos parecen más dulces o menos agrios qué para el caso es lo mismo.
A veces nos vamos encontrando con colores que matizan el camino entre arcos de plazuelas con fuentes en el centro. Es una llamada hecha en silencio. Murmullos que echan raíces bajo acueductos de arcilla.
Nos descubrimos cómo almas en pausa, palabras contenidas en pocillos de barro. Encontramos una figura fractal en el caparazón de los caracoles que se esconden de la lluvia. Después de guardar mis manos en los bolsillos de mi abrigo me pregunto de qué nos escondemos nosotros.
Dos minutos para las 2
Dos minutos para las 2 y los párpados te pesan más que la negrura de la noche. Sin embargo te embriagas del ruido blanco de la radio y com...
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En el resquicio más intimo de mi sueño mas anhelado. En el destello de tu deseo impasible. A la sombra de un árbol de papel que se apoltron...
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Y pisar en firme, aunque sea de rato, para olvidarnos del terremoto asintomático que es nuestro bipolar pensar.
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El dedo índice de Helena salta entre los lunares azules del mantel. Trataba de sofocar el incendio tempestivo que provocaba el recuerdo de ...